13 años del Golpe aupado por Estados Unidos

El imperio estadounidense, el mismo que ha invadido y bombardeado países, derrocado y colocado presidentes en América Latina y en el resto del mundo, tuvo participación activa en el golpe de Estado contra el presidente constitucional de la República, Hugo Chávez, el 11 de abril de 2002. Así lo han demostrado diversos investigadores, y así lo denunció en reiteradas oportunidades, el propio Comandante Eterno.

El periodista Ernesto Villegas, en su libro Abril, golpe adentro, señala que “era sábado 6 de abril de 2002 cuando la estación de la CIA en Caracas remitió a Washington un cable titulado: ‘Venezuela: condiciones para un golpe de Estado están en maduración’”. Explica el reconocido comunicador social que el mencionado despacho se conoció gracias a la abogada estadounidense-venezolana Eva Golinger, quien pidió al Departamento de Estado de EEUU la desclasificación de esta información.

“Militares disidentes, incluyendo a un grupo descontento en el Alto Mando, así como un grupo radical de oficiales de bajo rango, están aumentando sus esfuerzos para organizar un golpe contra el Presidente Chávez, posiblemente en los próximos días de este mes (Tachado). El nivel de detalles en los planes reportados (Tachado) indica que Chávez y diez altos oficiales estarían arrestados”, dice el cable dado a conocer por Golinger, citado en el libro de Villegas, hoy jefe de Gobierno del Distrito Capital.

Por su parte, en su texto El Código Chávez, Golinger refiere: “El momento más comprometedor que experimentó el Ejército de Estados Unidos en Venezuela, durante el período del golpe de abril de 2002 contra el Presidente Chávez, tuvo lugar el día 8 del propio mes, en ocasión de una fiesta de despedida exclusiva a un agregado militar chino, celebrada en el lujoso hotel Meliá, en Caracas. Fue esa noche, precisamente, cuando el oficial de la Marina de Estados Unidos, David Cazares, confundió al general Roberto González Cárdenas con el general Néstor González González”.

Agrega el libro que “Cazares se acercó sigilosamente al general González y, acusadoramente, le preguntó: ‘¿Por qué no han contactado con los barcos que tenemos en la costa y el submarino sumergido en La Guaira? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué nadie me ha contactado? ¿Qué están esperando?’”.

El embajador Shapiro

El 10 de abril de 2002, el embajador, de EEUU en Venezuela, Charles Shapiro realiza una visita al entonces alcalde Metropolitano, Alfredo Peña, en la sede de la Alcaldía, refiere el texto de Villegas. El burgomaestre, hoy prófugo de la justicia, fue uno de los implicados en el golpe de Estado.

“Peña y Shapiro volverán a verse las caras al día siguiente, jueves 11 de abril, en la casa de Gustavo Cisneros, propietario de Venevisión, quien ofreció un almuerzo en honor al embajador estadounidense”, refiere el citado texto, que al encuentro en la quinta en el Country Club asistieron el entonces presidente de la Conferencia Episcopal, Baltazar Porras, directivos de los canales de televisión y políticos.

Pedro Carmona Estanga, el mismo que se autoproclamó Presidente de la República y disolvió los poderes, cuenta en su libro Mi testimonio ante la historia (puede ubicarse en pcarmonae. blogspot.com) que el 13 de abril de 2002 “a las 9 am atendí en el despacho presidencial a los embajadores de Estados Unidos, Charles Shapiro, y de España, Manuel Biturro de la Torre, quienes desde el día anterior habían tratado sin éxito de establecer un contacto telefónico, dada la congestión y desprogramación de las centrales telefónicas de Miraflores, controladas por la Guardia de Honor. Tan solo en horas de la noche del viernes pude hablar con Shapiro y le manifesté que los recibiría el día sábado”.

La CIA al tanto

El 16 de abril de 2002, el diario mexicano La Jornada publicó un trabajo titulado: El Departamento de Estado y la CIA habrían apoyado el golpe. Está reseñado en su web /www.jornada. unam.mx/.

De acuerdo con el reportaje, la empresa privada de inteligencia, Stratfor, informó: “Nuestras fuentes en Venezuela y Estados Unidos reportan que la CIA tenía conocimiento, y posiblemente hasta apoyó, a los civiles ultraconservadores y oficiales militares que (intentaron derrocar a Chávez)”.

“Esta empresa, conformada por exagentes de Inteligencia estadounidenses y otros analistas especializados, la cual fue caracterizada por la revista de negocios Barrons como “una CIA privada”, dijo que el mismo grupo de conservadores respaldados por la CIA inicialmente había planeado el golpe de Estado para el 27 de febrero, pero fueron convencidos de abortar el intento bajo presión del gobierno de George W. Bush”, publicó en esa oportunidad el periódico mexicano.

Agregó que “Stratfor, que también suministra análisis a la Economist Intelligence Unit y al Foro Econó- mico Mundial (Davos), describió la existencia de dos operaciones paralelas por el Gobierno estadounidense cuyo objetivo era apoyar el derrocamiento del gobierno de Chávez, una organizada por la CIA y otra por el Departamento de Estado”.

Naves gringas en Venezuela

De acuerdo con el libro Abril golpe adentro, a las 9 de la mañana del 13 de abril de 2002, radares venezolanos “captan el ingreso de tres buques militares de EEUU en aguas territoriales del país”.

El texto, citando una nota publicada el 30 de abril de 2002 en el diario Últimas Noticias dice: ‘“Se identificó un móvil MI3300, M2, 2027 y M32132 con identificación militar que ingresaba al mar territorial venezolano sin la debida autorización’”. Indica la fuente que “al dar la información, el diario Últimas Noticias citó un informe militar presentado al Gobierno de Carmona y señaló que las embarcaciones estuvieron ‘rondando La Orchila’”.

Chávez acusa a EEUU

“El 17 de febrero de 2004, el Comandante Eterno, Hugo Chávez, responsabiliza en forma pública y oficial al gobierno del presidente George W. Bush de apoyar el golpe”, recuerda el libro Venezuela: Investigación de unos medios por encima de toda sospecha del escritor e historiador, Luis Britto García.

En relación a ese punto, los discursos del Gigante, recopilados por el Ministerio de Comunicación e Información, subrayan que ese día Chávez dijo: “El Gobierno de Estados Unidos está una vez más, de manera irrespetuosa agrediendo a los venezolanos; está una vez más, como ya lo hicieron en el golpe de abril. El golpe de abril del 2002 fue apoyado por el Gobierno de Washington, no hay ninguna duda sobre eso, ninguna duda, se reunieron con militares golpistas, militares norteamericanos actuaron aquí en el golpe de Estado, tenemos fotos, evidencias”. Estas palabras fueron pronunciadas en el marco de la tercera rueda de negocios del Estado con pequeñas y medianas empresas, industrias y cooperativas, efectuada en el hipodrómo La Rinconada, Caracas.

Agregó, “el embajador de Estados Unidos estuvo en Miraflores aplaudiendo al tirano, el vocero de Washington dijo que era Chávez el tirano, y que iban a apoyar al Gobierno de transición, así lo llamaron, no hay ninguna duda, el gobierno del señor George W. Bush apoyó el golpe de Estado contra el pueblo venezolano, y tiene una responsabilidad ante el mundo al respecto…”.

En esa oportunidad también dijo, “yo quiero pedirle al Gobierno de Estados Unidos que se dedique a sus problemas, y que nos deje a los venezolanos solucionar nuestros problemas, no es asunto de Estados Unidos las cosas que pasan en Venezuela, no es asunto de Estados Unidos”.

El imperio contraataca

Luego del golpe de Estado de 2002, funcionarios y el Gobierno estadounidense no han cesado en su ataque contra la Revolución Bolivariana, contra el legado del Comandante Eterno y hacia el presidente de la República, Nicolás Maduro.

Senadores, congresistas, voceros del Departamento de Estados de EUUU, exalcaldes y exmiembros de la CIA han emitido a lo largo de estos 13 años declaraciones contra Venezuela. Incluso, se han reunido con venezolanos implicados en acciones violentas, quienes le han manifestado su apoyo.

Uno de los argumentos que siempre utiliza el imperio para agredir a la Patria de Bolívar, es la premisa del supuesto irrespeto a la libertad de expresión y la presunta existencia de presos políticos.

Ejemplo de quienes formulan el señalamiento lo constituye la legisladora Ileana Ros-Lehtinen, quien en reiteradas oportunidades se ha reunido con integrantes de la Fundación Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex) en el restaurante El Arepazo, ubicado en Doral, Florida, EEUU. En 2012 fue la invitada especial a un desayuno venezolano con los miembros de ese organismo, según nota publicada en la página web www. miamidiario.com.

La nota dice que en el acto la congresista de origen cubano “recibió el agradecimiento, por su apoyo incondicional a las organizaciones venezolanas de oposición en el exilio”. La noticia está acompañada de una fotografía en la que se le puede ver junto a integrantes de Veppex, entre ellos el presidente de la agrupación, José Antonio Colina Pulido, el prófugo venezolano que de acuerdo con información publicada en la página de web del Tribunal Supremo de Justicia en 2004, fue acusado por los atentados contra la sede del Consulado General de Colombia y la Oficina de Comercio Internacional de la Embajada de España en Venezuela en 2003.

En junio de 2014, Ileana Ros volvió a acudir al mismo restaurante y desde ahí ofreció una rueda de prensa junto al también congresista estadounidense Mario Díaz Balart, para anunciar que seguirán “luchando” para que el presidente de EEUU, Barack Obama, ejecute las sanciones aprobadas por el Congreso contra funcionarios del Gobierno venezolano, según publicó en esa oportunidad www. miamidiario.com.

De nuevo en el Golpe

El 12 de febrero de este año, el presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció la desarticulación de un golpe de Estado, donde se contemplaba el uso de aviones Tucano para atacar el Palacio de Miraflores y otros objetivos como el Ministerio de la Defensa y la sede del canal Telesur.

Reveló el Jefe de Estado que en la acción estaban implicados oficiales de la Aviación, que fueron detenidos. También denunció que, “es el Gobierno de Estados Unidos el que está detrás de los planes de desestabilización y los golpes de Estado en Venezuela”, al tiempo que también responsabilizó por la acción golpista a la derecha venezolana. “Voy a hacer todo el esfuerzo por derrotar todas estas emboscadas y golpes de la derecha derrotada y maltrecha, del imperio estadounidense que decidió apretar, torcer el brazo de Venezuela, como dice Obama”, refirieron en esa oportunidad medios nacionales.

El 26 de marzo, durante un acto con mujeres revolucionarias en el estado Monagas, denunció que EEUU “está haciendo un lobby” y “presionando a todos los países de América Latina y el Caribe para que se sumen y apoyen una intervención norteamericana en Venezuela”. En esa oportunidad manifestó haber recibido “la llamada de presidentes, primeros ministros, diciéndome ‘me han tratado de presionar, me han amenazado, pero les he dicho con Venezuela no se metan’”.

Asimismo denunció que EEUU está apostando a “aislar a Venezuela, llenarla de violencia para derrocar la Revolución, para luego ir a destruir todos los procesos revolucionarios, progresistas, nacionalistas y patrióticos” de América Latina.

El pasado 27 de febrero la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, informó que el año pasado se dieron 103 declaraciones injerencistas del Gobierno de Estados Unidos contra Venezuela, las cuales registraron un aumento “en el momento de la violencia guarimbera que vivimos y padecimos los venezolanos en 2014”. Ese día también indicó que durante los primeros dos meses de este año, las declaraciones injerencistas de Estados Unidos sumaron 65.

Reacción inmediata

Las declaraciones más graves del presidente de Estados Unidos, Barck Obama, fueron emitidas el pasado 9 de marzo a través de un decreto, donde calificó a Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria a la política exterior y a la seguridad nacional” de su país.

Tal sentencia fue repudiada, de inmediato, por el presidente Maduro, el Gobierno nacional y por el pueblo de Venezuela, así como por presidentes de América Latina, Rusia, organismos internacionales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el Movimiento de Países No Alineados y el G077+ China, entre otros.

Ante esta arremetida el Estado venezolano activó el 18 de marzo la campaña internacional Venezuela no es una amenaza, somos esperanza, jornada que hasta el pasado jueves en horas de la tarde dejaba un saldo de 13 millones 447 mil 651 firmas en rechazo al decreto. De ese total de rúbricas, 10 millones 480 mil eran de venezolanos.

Ese mismo jueves, el presidente estadounidense Barack Obama sorprendió al mundo con su nueva postura. Entrevistado por la agencia EFE dijo: “No creemos que Venezuela sea una amenaza para Estados Unidos”. Pese a este reconocimiento, el decreto imperial contra la Patria de Bolívar aún sigue vigente y la amenaza latente.

Yuleidys Hernández Toledo

VEA

11 de abril de 2015.

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